martes, 1 de abril de 2008

La experiencia que solo se gana trabajando

No importa cuanto nos esforcemos en la universidad, hay cosas que solo se aprenden cuando se esta ejerciendo el oficio. Muchas de las personas que lean esto, estarán de acuerdo conmigo, ya que si bien es cierto que los centros educativos nos brindan los conocimientos básicos para no llegar "en blanco", es la experiencia laboral la que nos forma como verdaderos profesionales.

Debo admitir que nunca creí importantes muchas cosas que intentaban enseñarme mis maestros, pero ahora veo que todo conocimiento en algún momento nos es útil, en especial cuando se trabaja en un medio de comunicación.

Seguramente muchos se preguntarán por qué decidi escribir sobre este inútil tema para algunos, -algo que es respetable ya que cada cual tiene su opinión- pues esto es respecto al negocio redondo del que fue protagonista recientemente una universidad local.

Al leer este artículo y las notas relacionadas a este, me dí cuenta de la poca, por no decir nula, coninciencia que tienen las personas encargadas de la formación de futuras generaciones; aunque parte es culpa nuestra también por no decidirnos a hacer algo al respecto.

La vida es dura, eso nadie lo niega, pero si seguimos con un pensamiento tan pasivo como el que tenemos, nada cambiará y el nivel de educación bajará cada vez más y más. Como jóvenes, creo que deberíamos preocuparnos porque no es lo mismo la universidad donde el esfuerzo que realizamos es directamente proporcional a la atención que se pongan en las clases, al que se nos exige en un medio de comunicación donde la información llueve a cántaros y la competencia entre colegas es despiadada.

Claro no todo es un infierno, tambien tiene sus ventajas. La experiencia que los compañeros del medio nos brindan es invaluable, la satisfacción personal que produce el publicar un artículo que haga tomar conciencia o simplemente informe a otras personas es maravilloso, los "conectes" que se consiguen al irse haciendo un nombre poco a poco, en fín muchas gratificaciones.

En conclusión, opino que es necesario frenar la tradición de educación deficiente que hemos venido arrastrando desde ya hace muchos años, dandole un giro de 360°, integrando la lectura conciente, la escritura eficiente, la búsqueda del conocimiento constante y el deseo de superación prudente que nos hagan no solo mejores profesionales, sino mejores seres humanos.