Recientemente hice un reportaje para el periódico en el cual hago mi pasantía, acerca del saneamiento del lago de Managua y me impacto darme cuenta lo inconcientes e irrespetuosos que somos con el medio ambiente.
El olor es enfermizo, la vista solo refleja desolación y poca preocupación por salvar el privilegio que la naturaleza le dió a la capital de Nicaragua y que ningún otro país centroamericano tiene.
86 años, es lo que ha durado la inconciencia de los gobiernos de turno, quienes preocupados por cuestiones políticas, ataques entre partidos y robos descarados a la sociedad, han olvidado que tenemos un tesoro en el Malecón de Managua el cual hay que rescatar de las garras de la contaminación.
A pesar de todo debo decir que no me sorprende. Si hemos llegado a un punto donde certificación de la educación se vende al mejor postor, que podremos esperar para el futuro.
No quiero parecer moralista, pero hay un nivel de desprocupación alarmante en nuestra sociedad discriminativa y corrupta la cual nosotros mantenemos igual por nuestras actitudes. Considero que es hora de cambiar, tomar conciencia, esforzarnos realmente por pensar en alguien más que no seamos nosotros mismos, solo así podremos algún día salir de este pozo de subdesarrollo en el cual la história y nosotros mismos nos hemos sumergido.
martes, 8 de abril de 2008
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